Estas croquetas han sido históricas, y aunque a partir de ahora las vamos a hacer un poco más pequeñas son las más ricas que hemos tomado en casa.
Para hacerlas he utilizado lo que quedaba de un jamón ibérico que estaba de muerte y lo he repelado bien. Lo he metido en la thermomix y lo he dejado casi en hilitos con su grasita.
La bechamel la hago a ojo, y tiene que quedar espesita.
Pochamos una cebolleta con una cucharada de mantequilla y dos de aceite. Cuando esté hecha echar el jamón, rehogar muy poco y añadir un par de cucharadas de harina, mover bien e ir echando poco a poco la leche caliente, con estas cantidades casi 3/4 de leche y una lamina de gelatina sin sabor. A media cocción añadir un poco de queso rallado, nuez moscada y probar de sal porque el jamón le aporta bastante.
Dejar enfriar en un recipiente llano para que no quede muy gorda la capa de masa. Cuando se haya enfriado bien ir haciendo bolas y empanarlas con pan rallado, huevo y pan rallado.
Freir en abundante aceite caliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario